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“No podemos acostumbrarnos ni dejar de tener en cuenta comportamientos y actuaciones de gobernantes que anteponen intereses mucho menores a la salud y la alimentación de la ciudadanía. O, aún más imperdonable, anteponen intereses políticos como el funcionamiento sectario y partidista de los medios de comunicación públicos, en vísperas electorales, al bienestar de las personas.

Es comprensible que vaya desapareciendo el prestigio de las instituciones, pero lo acabaremos pagando muy caro todas y todos si no reaccionamos pronto y a tiempo.”

Despropósitos en un verano insólito (El Periódico, 28 de agosto de 2020)