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«Como antecedente de la crisis del coronavirus hace años ya vivimos el desmantelamiento de la sanidad pública, aplicado aquí con más entusiasmo que en ninguna otra autonomía. También viene de lejos el descontrol sistémico sobre los geriátricos. Este año, pese a ser una competencia exclusiva, hubo una imprevisión anterior y superior a la del Gobierno español al aprovisionarse de material y reorganizar los servicios cuando venía la epidemia y Sánchez aún no proponía el estado de alarma. La desgobernanza que elegimos democráticamente en las urnas los electores catalanes respecto a los problemas terrenales tiene consecuencias. Como diría un publicitario moderno, «somos lo que votamos, no nos quejemos».

Lleida como síntoma (El Periódico, 9 de julio de 2020)