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Si es verdad que el independentismo de ERC es de izquierdas y no nacionalista, como se ha preciado en decir siempre, la superación de esa lógica y el compromiso sólido con esta fase de la política estatal deberían ser una prioridad absoluta. El argumento de que su objetivo es la independencia y no tiene sentido comprometerse con un proyecto de ámbito “español” es falaz. Las posibilidades de retomar cualquier iniciativa independentista en este momento están cercenadas por la situación económica y, sobre todo, por el anclaje europeo. Dicho de forma clara: ahora más que nunca, plantear demandas independentistas es tanto como quedarse fuera de un proyecto europeo que es el único vector real de la posibilidad de no quebrar económica y socialmente.

Atreverse (El País, 4 de junio de 2020)