«Hubo solo dos actores que han jugado a rentabilizar políticamente: la derecha y la ultraderecha estatal, y también la parte más identitaria del nacionalismo catalán, que ostenta responsabilidades importantes en el gobierno de la Generalitat y que ha hilado un ruidoso relato de perfección de su actuación, del todo fantasioso. Fantasioso porque siempre la perfección atañía a competencias de las que no se dispone, mientras que errores graves hubo en los campos en que sí se disponía de competencias.»
Los virus que vendrán (El Periódico, 17 de abril de 2020)