Para empezar, confieso que para mí el federalismo es, por ahora, más bien una utopía. Veo la crisis actual de la UE y sueño con que se resuelva dando otro paso hacia la Europa federal. Cuando la fe, el lunes: 13 de abril, La Vanguardia publicaba la entrevista a Rosa Rabbani, iraní que decía identificarse con la idea de una federación mundial. También decía profesar la religión Bahá’i que creen en la unidad de la humanidad. Y nosotros: ¿no tenemos ningún santo federal?
Yendo a nuestra realidad, aquí y ahora qué? El estado de las autonomías es bastante federal y algunos quisiéramos hacerlo completamente federal. También mucha gente se considera federalista. En cuanto a sabiduría federal, tenemos pozos de sabiduría como la Fundación Campalans del PSC de la que trato de no perderme sus Convenciones Federalistas. Esto sin olvidar a nuestra FED. O a políticos admirables como Miquel Iceta que sabe mucho y lo explica muy bien.
Pero hasta aquí: teorías e intenciones. En cuanto a los hechos, ahora Pedro Sánchez y Salvador Illa deben gestionar una sanidad totalmente transferida es decir una sanidad federal. Y viendo cómo lo hacen, me pregunto: ¿tienen suficiente habilidad federal? Diálogo, responsabilidad y lealtad son valores clave que deben guiar la actuación federal. Seguro que con más capacidad de gestión participativa quemarían menos energía y tanto los resultados prácticos como la percepción de los ciudadanos serían mejores. Y una crisis sanitaria como ésta agota a todo el mundo y no se deben malgastar energías. No menciono a otros políticos socialistas con formación y vocación federal que estos dirigentes tienen cerca y que seguro que sufren cuando oyen los chirridos.
El patrón de un barco en medio de una tormenta se vuelve más autoritario, y estamos en medio de un oleaje tan fuerte como nunca habíamos visto. Sin embargo, dejando el símil marino y volviendo a la política, es en las crisis cuando mejor se pueden demostrar las cualidades de un modelo de sociedad. Los ciudadanos hemos dado mayoritariamente un ejemplo de responsabilidad y solidaridad: somos una ciudadanía muy federal. Los políticos, en cambio, no están a la altura de la sociedad. Que los totalitaristas de Vox y Junts x Cat se dediquen a alborotar en medio del desastre parece normal, no deben saber hacer otra cosa. Pero no es tan normal que los políticos de un partido que quiere ser federal no lo acaben de poner en práctica.
Para terminar, vuelvo a la fe. En caso de que alguien conozca un santo federal, le ruego que me lo diga para hacerle una rogativa.