«La cosecha del 1-O es frustración, temor e impotencia. Sus responsables políticos traicionaron, adulteraron lo que debía ser un referéndum. Lo convirtieron en un instrumento, un pulso con el Estado, también un pulso entre ellos. Sus consecuencias las han sufrido con creces, pero no solo ellos. También una parte de la ciudadanía que asistió impotente a ese abuso de poder. Para ellos, han perdido el derecho a repetirlo. Al menos, mientras dure una herida cuyos responsables no se han molestado en curar.»
La herida de Junqueras (El Periódico, 20 de enero de 2020)