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«Es el Estado quien tiene la obligación de facilitarles la salida de la telaraña a esos prófugos frustrados y de librarnos a todos los catalanes de ella. Es él quien debe —lenta, paciente, minuciosamente— destejer poco a poco esa malla tóxica. Esto costará una cantidad descomunal de tiempo, trabajo, habilidad y dinero, tanto al menos como costó tejerla. Pero es indispensable hacerlo para que la telaraña no nos asfixie a todos. Y para que la araña que sigue tejiéndola no nos acabe devorando.»

La telaraña (El País, 29 de diciembre de 2019)