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«Y aquí estamos: atrapados en la espiral identitaria. La primera obligación del PSOE y el PP -los partidos que se reclaman herederos de la Constitución de 1978- es rescatar a los ciudadanos, también a los catalanes, del discurso de odio. Hay que recuperar los valores democráticos, con el pacto de ciudadanía -los derechos y deberes compartidos- como bandera y una dosis de laicidad nacional: dejar de regular y de enfrentar identidades. Sus señorías deberían seguir aquella invitación de François Mitterrand en su discurso de despedida del Parlamento Europeo: “Lo que les pido es casi imposible, ya que hay que vencer nuestra propia historia; si no la vencemos, una regla se impondrá: ¡el nacionalismo es la guerra!”.»

La espiral identitaria (El Periódico, 11 de noviembre de 2019)