«El procés, o lo que queda de él, sigue siendo una máquina de trinchar. Después de trinchar partidos políticos –casi todos–, está trinchando las instituciones. La Generalitat en manos de Quim Torra es una caricatura de lo que fue y el Parlament se quiere ahora sustituir por una organización fantasma llamada de cargos electos, todos independentistas, que se reúnen en el Palacio de Congresos de Barcelona, votan a mano alzada y al final, como unos hooligans cualquiera, cortan un rato la Diagonal. Afortunadamente, tanto despropósito no es aún suficiente para acabar con la Generalitat ni con el Parlament, que seguirán –mientras se pueda votar en libertad– representando a los ciudadanos de Cataluña.»
El ‘procés’, una máquina de trinchar (Crónica Global, 3 de noviembre de 2019)