«Cuanto más se embrolla la cuestión catalana, más se parece a la británica. La paradoja es que las semejanzas ya no se trazan entre catalanes y escoceses. Nada de dos naciones a la presunta espera de un Estado: sino el triste parentesco de un posimperio obsoleto y un pre-Estado imposible.
El viejo paralelismo Brexit-procés ha hecho fortuna porque se trata de tentativas simultáneas de dos secesionismos. Uno, de un Estado nación respecto de una agrupación supranacional; otro, de una entidad subestatal respecto del Estado-nación en el que está incardinada.»
Catalanes y británicos (El País, 7 de octubre de 2019)