«La violencia es responsabilidad última del propio movimiento independentista, hoy en día roto en mil familias diferentes y sin perspectivas claras, que no se atreve a decir a tanta gente engañada que el camino emprendido el 2012 no lleva a ninguna parte.
Para finalizar solo dos consideraciones: a) Las movilizaciones independentistas están nutridas básicamente por clases medias acomodadas con una renta per cápita superior a la media de Cataluña; b) No se puede olvidar la responsabilidad de las derechas nacionalistas españolas al atizar el conflicto con la voluntad de cosechar votos en el resto del Estado aunque sea a expensas del enfrentamiento entre catalanes.»
De la desobediencia a la violencia (Nueva Tribuna, 28 de octubre de 2019)