«La sentencia, sea cual sea, va a contribuir a enrarecer aún más el clima político en Catalunya, que aún no ha digerido los convulsos acontecimientos de octubre del 2017. Suele decirse que los catalanes tienen tendencia a celebrar las derrotas. El recuerdo de aquel 1-O podría abonar esa tesis si se mira desde la perspectiva del Gobierno del PP, que entonces estaba en el poder. Pero aquella jornada es vista por el independentismo como una victoria en un mundo donde cuenta la imagen, puesto que la mayor parte de la opinión pública en Europa no entendió la actuación policial contra ciudadanos que pretendían votar.»
Catalunya, otro octubre ante el precipicio (1 de octubre de 2019)