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«Tenemos problemas sociales, políticos, económicos, graves, y uno gravísimo: el calentamiento global, del que un reciente informe del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología acaba de advertirnos que será todavía peor en la cuenca del Mediterráneo. Subirá el nivel del mar, habrá sequía, faltará agua potable, millones de personas tendrán que emigrar… Pero no haremos nada para prevenirlo, es más, parece que ni siquiera nos estamos enterando. Pasan los años y aquí seguimos con el monotema. Porque por lo visto no nos importa morir de sequía, de violencia machista, de recesión, de bloqueo político, de conflicto civil, de esterilidad, de rencor, o aunque sea de aburrimiento, mientras podamos morir en catalán.»

Morir en catalán (La Vanguardia, 17 de octubre de 2019)