«La nueva consigna de aislar a los violentos promovida por el independentismo debería ser completada con la voluntad de aislar también a los incompetentes, aquellos que han convertido a la Generalitat en un órgano secesionista, dedicado en exclusiva a la agitación política, sin poder ofrecer a su enorme y confiada base electoral otra cosa que declaraciones periodísticas y resoluciones parlamentarias sin impacto práctico, aunque no fuesen anuladas por el Tribunal Constitucional. Al resto de catalanes no le ofrecen nada, salvo disgustos y agotamiento.»
Atrapados en su propia trampa (Crónica Global, 17 de octubre de 2019)