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«Hay más personas que huyen por la desertificación, el aumento de las temperaturas, la escasez de recursos naturales o catástrofes naturales asociadas a la variabilidad climática, como huracanes o tormentas tropicales, que por los conflictos armados. Según la ONU, este número se incrementará exponencialmente, alcanzando en los próximos 20 años los más de 1.000 millones de personas.

A pesar de su situación extrema, estas personas están desprotegidas, pues no merecen, según el Derecho Internacional, ser refugiadas, ni mucho menos climáticas. En efecto, cuando se adoptó jurídicamente el concepto de refugiado en 1951, no se contemplaba este fenómeno entre las posibles causas políticas que permitían esta protección internacional. Es más, actualmente estas causas políticas, que en un momento salvaron millones de personas, sirven ahora para excluir a muchas.»

 

Refugiados por emergencia climática (Agenda Pública, 3 de septiembre de 2019)