«Por el camino que lleva este día va a quedar no solo como la Diada Nacional de media Cataluña sino como la movilización que ha machacado los consensos del catalanismo transversal y unificador que en sus primeros años ayudó a construir. El nacionalismo de la era digital ha desechado lo compartido, que no era poco, explotando como veta electoral la vieja mina de la diferencia, sin importarle llevarse por delante los puentes que hacían que una mayoría social compartiese un presente y un horizonte de futuro. Lo que hacía fuerte nuestra comunidad nacional no era el cultivo intensivo de la identidad para alejar las malas compañías sino aquello que nuestras gentes tenemos en común y la aceptación de que la mezcla de orígenes y cariños no es un lastre sino una riqueza.»
Diada, una nave sin viento en las velas (El País, 12 de septiembre de 2019)