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«De entre los muchos dominios dinamitados por el secesionismo en Cataluña, la convivencia, la estabilidad económica, el consenso político, la moral pública…, habría que destacar el Derecho. Para emprender la aventura secesionista tenían, previamente, que cargarse el Estado de Derecho. Es lo que intentaron culminar con sus bochornosas leyes de referéndum y de transitoriedad, aprobadas el 6 y 7 de septiembre de 2017 con manejos y tufo autoritario, y de las que ya no hablan, pero que la sentencia a buen seguro que les recordará.
En su fracaso pesaron tanto los errores de cálculo como la burda concepción del Derecho como un mero instrumento para el logro de sus fines (ilegales); su “Derecho” contra el Derecho.»

No leerán la sentencia (Crónica Global, 25 de septiembre de 2019)