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» La pregunta es: ¿Nos hemos vuelto todos locos o qué?

Sí, ya conozco la respuesta que se da a quienes no tenemos la más mínima duda —pero es que ni la más mínima— de que hay que sacar a esa gente de ahí de inmediato y como sea: con una sonrisa de suficiencia y una ceja levantada, se nos tacha de buenistas, se nos previene contra el llamado efecto llamada, se pondera la laberíntica complejidad del problema político de fondo, un problema migratorio que atañe a toda Europa, tal vez el principal problema de la UE, que puede agravarse si nos dejamos llevar por irresponsables arrebatos humanitarios. Mi respuesta a esa respuesta es la siguiente: con el debido respeto, váyanse ustedes a la mierda. Y también: si esto es un problema político, yo soy Naomi Campbell. Y también: cuando uno se encuentra en medio del mar con un montón de desdichados —niños y enfermos incluidos—, uno no se pone a estudiar las respectivas normativas nacionales sobre rescate marítimo, uno no inicia una sesuda reflexión sobre política migratoria, uno no se encomienda a nadie: coge a esos infelices, los lleva a puerto, los cura y los da de comer y de beber; y luego hablamos.»

¿Nos hemos vuelto todos locos? (El País, 13 de agosto de 2019)