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“Es difícil ser indulgente ante un expolio de 35 millones de euros del que fue partícipe un partido que predicaba la austeridad y la buena administración. Pero el hecho de que los autores del delito hayan sido “de los nuestros de toda la vida” les concede la gracia del perdón. Cataluña, como sucede en cualquier punto de España, vive una banalización de la corrupción, aquí embozada con la capa del procés, el victimismo y la persecución política.”

El caso Palau y la banalización de la corrupción (El País, 3 de agosto de 2019)