Una gran mujer, feminista, federalista, psicóloga, pedagoga y escritora nos ha dejado. Era una socialista que se hizo feminista a base de acercarse a la realidad de los problemas de la ciudadanía. Nunca trabajó separada de las personas que estábamos en las asociaciones ciudadanas, de salud y feministas, sino que trabajó siempre para establecer puentes, entre el trabajo de Diputada y de legislar, con las necesidades de los cambios necesarios en la educación, y en la lucha contra las desigualdades y la discriminación de las mujeres. No perdió tiempo en las luchas de poder, porque como buena psicóloga, su ego ya lo tenía muy trabajado, pero en cambio supo trabajar por las necesidades de la salud de las mujeres, con matices que hace 20 años nadie tenía en cuenta. Abrió debates sobre la estigmatización del envejecimiento de las mujeres, cuando era uno tema tabú desde la política, creando confluencias entre mujeres de varias profesiones, que queríamos dar vida a los años, con autonomía personal, y luchando contra la soledad y las desigualdades que produce la pobreza y las mínimas pensiones.
Fue presidenta de la Internacional Socialista de Mujeres entre 1999 y 2003 y fue diputada al Congreso de los Diputados en dos etapas( 1982-86 y 1989-1993) y también fue Diputada al Parlamento Europeo (1986-1987). De su estancia a Europa empezó a captar la necesidad de establecer alianzas internacionales, para ella la lucha socialista y feminista no tenía fronteras. Cuando en 1992, empezábamos a pensar desde los CAPS ( Centro de Análisis y Programas Sanitarios) en la necesidad de buscar recursos para organizar un Congreso Internacional para hacer visible la salud de las mujeres, nos dio la idea matriz. Nos dijo que si además de Mujer y Salud lo relacionábamos con trabajo, las condiciones de trabajo en las casas y en las profesiones, lo conseguiríamos, y así fue. Gracias a su idea conseguimos hacer el Primer Congreso Internacional de Mujeres, Salud y Trabajo, en Barcelona, con 53 países, que después se ha repetido 6 veces en todo el mundo. Su mirada sobre la política era internacionalista, y federal, sabía que no podíamos resolver los problemas de las mujeres sin alianzas políticas compartidas, y creo ha sido poco valorada, dentro de Cataluña; que una catalana, española, y ciudadana del mundo fuera Presidenta de la Internacional Socialista de Mujeres. Pero es justo, que ahora reciba un merecido homenaje de todos los que la admiramos y quisimos en vida, y que seguimos a distancia y con respeto la última larga lucha con la dolencia, que ha llevado como siempre con dignidad, con deseo de vivir, y sin victimismo. Su recuerdo nos tiene que estimular a continuar en la lucha contra los estereotipos de género a la política, en la educación, y a poner en práctica la cultura federalista, que no entiende de muros ni de fronteras, para encontrar soluciones en cualquier clase de desigualdad y discriminación.