«Estamos ante dos marcos conceptuales que representan a una sociedad dual. Hay excepciones, personas que pretenden transitar entre los bloques, pero son las menos.
El marco conceptual del independentismo parte de minimizar las consecuencias de lo ocurrido a partir de la aprobación en el Parlament de las leyes de desconexión en septiembre de 2017. Lo que ocurrió aquellas jornadas y sus consecuencias, el 1 de octubre y la declaración unilateral de independencia (fallida) fueron conductas graves política y jurídicamente: ruptura constitucional, desobediencia. Y, sobre todo, supusieron la subversión del concepto democracia, que pasaba a identificarse, solo, con el derecho de autodeterminación de Cataluña y el mandato popular de un referéndum que no lo fue, y donde, contradictoriamente, una mayoría parlamentaria, que no social, podía imponer su voluntad.»
Marcos conceptuales (El País, 14 de agosto de 2019)