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«Hay que reivindicar la política como la forma civilizada de resolver los conflictos.Es la hora de rehacer los consensos de la Transición. Sí, cuatro décadas después España necesita un presidente y unos líderes políticos que no miren tanto las encuestas, que no sean rehenes de la demoscopia y que sean también capaces de establecer un mínimo común denominador que asegure otras tantas décadas de progreso.

Puede que este planteamiento sea naif, pero la alternativa es volver a la política frentista, a la dialéctica guerracivilista que se ha impuesto en las últimas campañas electorales. La lógica de las dos Españas fue precisamente la que se superó en la Transición.»

Más allá de la investidura (El Periódico, 5 de julio de 2019)