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«Quizás no necesitamos grandes soluciones, pero si un imparable proceso de pequeños cambios que vayan resolviendo sucesivamente los problemas que tenemos detectados: menos influencia de las minorías nacionalistas para aprobar presupuestos, leyes que faciliten investiduras, más transparencia en la toma de decisiones en inversiones en las comunidades, mejora de la financiación, ley de lenguas que enmarque su uso, etc. Para la solución necesitamos que los políticos dejen de moverse por tactismo electoral y para conseguir sillones, adquieran un poco de visión de estado y trasladen sus prioridades del cultivo del personalismo y del propio ego, hacia la consecución del bien común y la resolución de los problemas. Poco a poco, todo muy práctico, pero sabiendo hacia dónde vamos.»

Lo que preocupa (Crónica Global, 22 de julio de 2019)