Federalistes d’Esquerres nunca ha ocultado su condición de organización independiente de los partidos pero a la vez claramente orientada hacia la izquierda desde una vocación inequívocamente plural. Por eso celebramos la aprobación de la moción de censura que llevó Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno en la primavera del año 2018, al igual que nos pronunciamos (en un momento en que no estaba claro si las cosas terminarían así) para un acuerdo de izquierdas en el Ayuntamiento de Barcelona que diera lugar a un Ayuntamiento plural presidido por Ada Colau.
Las elecciones generales del 28 de abril pasado (!casi hace tres meses!) dejaron un panorama político complicado pero familiar para cualquier observador de las democracias europeas: el sistema español de partidos se ha hecho más fragmentado, de tal manera que no hay ningún partido mayoritario y, por tanto, es necesario formar una coalición de partidos parlamentarios. En segundo lugar, el primer partido era el PSOE, con una amplia diferencia sobre los demás: no hay mayoría posible sin el partido socialista; a ellos corresponde, pues, la conducción del nuevo gobierno y la iniciativa en las acciones necesarias para formarlo. Y en tercer lugar, los partidos que deben acompañar el PSOE en la formación del nuevo gobierno son los que reconocen la pluralidad de la sociedad española y la urgencia de revertir las políticas (sociales, económicas, ambientales …) de signo conservador de los últimos años. La firme decisión de Ciudadanos de incorporarse al bloque conservador y de rechazar toda aproximación al partido socialista deja pues una única solución: la aproximación entre PSOE y el grupo de «Unidas Podemos», con el apoyo de algunos grupos territoriales ( como PNV, Compromis, etc.), y la incógnita de cuál será el papel de los nacionalistas catalanes.
A partir de mañana 22 de Julio se abre en el Congreso la sesión de investidura, y parece desatascarse un acuerdo para formar un gobierno de coalición, aunque no sabemos con qué programa, qué composición, qué distribución de responsabilidades, etc.
Federalistes d’Esquerres opina que todos los sectores de opinión progresista de Cataluña y del conjunto de España deben hacer llegar a los núcleos dirigentes de los partidos correspondientes la necesidad urgente y ineludible de formar este acuerdo de gobierno, lo antes posible. La idea de ir hacia una segunda ronda en septiembre o, aún peor, la idea de forzar una disolución avanzada y la convocatoria de unas nuevas elecciones en noviembre, sería catastrófica: alargaría la situación de interinidad, conduciría quieras o no a semanas de reproches recíprocos continuos entre PSOE y Podemos, desanimaría al electorado de izquierdas y permitiría el reagrupamiento de las fuerzas de la derecha, rehechas después de los éxitos logrados en Andalucía o Madrid.
Las izquierdas no se pueden permitir esto. Dar al conjunto de las derechas (cada vez más escoradas hacia las posiciones de VOX) la posibilidad de recuperar el control del gobierno central representaría volver atrás políticamente, renunciar a emprender las políticas que resultan perentorias, y abandonar el papel relativamente más relevante que España puede estar jugando dentro de la Unión Europea.
Las dificultades de relación personal o entre partidos no son una excusa: nunca ha sido fácil formar o gestionar un gobierno de coalición. Pero justamente por ello hay que exigir un mayor esfuerzo, un mayor rigor y una mayor madurez en las negociaciones.
Llamamos, pues a PSOE y UP a superar desacuerdos y desconfianzas y llegar a los acuerdos necesarios para formar por primera vez en la historia de España un gobierno plural, sólido y eficaz, que se corresponda a las expectativas de sus electores.
Este acuerdo debería permitir un gobierno estable, donde se hace imprescindible que los partidos integrantes de la coalición se demuestren confianza mutua y respeten el principio de lealtad en la acción conjunta de gobierno. Sólo así se podrán emprender las reformas necesarias para avanzar hacia una nueva etapa política, hecha de más libertad individual, de más justicia social, de más equilibrio territorial y de mejores servicios colectivos. En pocas palabras: para avanzar hacia un país más federal y más de izquierdas, menos desigual, capaz de impulsar también una Europa más federal y solidaria.