«No es democracia, claro está, insultar, vociferar con rabia contra personas que han sido elegidas por la fuerza de las urnas. Quienes llevan años pidiendo votar tendrían que entenderlo.
Los insultos machistas en la plaza tendrían que haber provocado una respuesta unánime por parte de todas las feministas, sea cual sea su color político, pero muchas han callado porque parece ser que cuando las mujeres agredidas no nos gustan, está bien que les digan putas y les tiren cosas. Parece ser que la igualdad, la lucha contra el machismo se activa solamente cuando las mujeres son como tienen que ser, votan lo que toca y nos ceden sumisamente el poder.»
No es democracia (El Periódico, 18 de junio de 2019)