«Piénsese esto si no: ¿era más plural la monarquía austro-húngara formando un todo o el rimero de naciones centroeuropeas en que se descompuso por separado? Por la misma razón será siempre más plural la nación política española, inclusiva y plurilingüe, que el mosaico de naciones etnolinguísticas e individuales que se nos sugiere como solución a la crisis territorial. Porque la condición de posibilidad de que algo sea plural es que forme un conjunto. E pluribus unum. O también: para ser plurales hay que estar unidos, y es cuando nos separamos que nos volvemos monolíticos, confinados en nuestra particular nación hispana, sin zonas de intersección y sin estímulos para hacer de nuestra personalidad algo heterogéneo. No solo habremos entonces arruinado la pluralidad, sino también imposibilitado el federalismo, que necesita identidades mixtas. Como una trama de elementos propios sin la urdimbre de los elementos comunes, el tapiz de la España federal se habrá quedado sin tejer.»
Pluralismo o plurinacionalidad (El País, 11 de junio de 2019)