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«El relato independentista ignora deliberadamente la resistencia del pueblo español contra el fascismo que desembocó en la Guerra Civil y el apoyo del catalanismo conservador al general Franco. Más allá del carácter francamente intolerante de estas manifestaciones, que les aproximan a la extrema derecha europea, puede apreciarse una línea de ruptura en las históricas relaciones de colaboración entre la izquierda y el republicanismo español con el nacionalismo catalán frente a la derecha (neo)centralista, al menos desde los Pactos de San Sebastián que preludiaron el advenimiento de la Segunda República.

Además, la falta de apoyo a las reivindicaciones secesionistas por parte de la Unión Europea está conduciendo a estos sectores del catalanismo a emplear un tono crecientemente antieuropeísta Esto ya se apreció en las declaraciones de Puigdemont calificando, en noviembre de 2017, a la Unión Europea de “club de países decadentes y obsolescentes”, pero que ha ido en aumento, como, por ejemplo, con la ocupación de la delegación de la Unión Europea en Barcelona, organizada por la ANC, y por las reacciones a la prohibición del presidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani de permitir la conferencia de Puigdemont y Torra en la cámara europea.»

Síntomas de regresión en el independentismo catalán. (El Viejo Topo, 1 de marzo de 2019)