«Desde el 21-D de 2017 ya no hay lugar a dudas. Esto se ha acabado y no da más de sí. Sólo la dificultad de reconocer la realidad de la derrota ante los ciudadanos arrastrados durante seis años a una aventura sin salida puede explicar los silencios o la discreción, con la excepción notable de Mas-Colell, a propósito del presupuesto. El coraje que exige el momento político es extraordinario, ciertamente, y hay que reconocer que es una virtud poco conocida o en todo caso escasa en esta época en que los dirigentes obedecen a la multitud en lugar de ser capaces de dirigir las multitudes.»
Independencia, probabilidad cero (El País, 13 de enero de 2019)