«… los estragos provocados no se reducen a cuestiones de las que puedan ocuparse únicamente dos presidentes y sus ministros: fue una reiterada vulneración de la Constitución y del Estatut lo que ocurrió cada vez que el Parlament aprobaba y el Govern ejecutaba resoluciones y leyes anuladas por el Tribunal Constitucional. Y fue algo más, y diferente, que un conflicto lo que “els representants del poble de Catalunya” (en realidad, los diputados que representaban al 47,7% de ese pueblo) provocaron con la firma o el voto de unos papeles declarando unilateralmente la independencia.»
Conflicto (El País, 30 de diciembre de 2018)