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«Pero las cosas se han torcido. Los partidarios del “cuanto peor mejor” no dejan de presionar. Y lo peor es que esa estrategia les está funcionando. De momento para neutralizar a los partidarios de la distensión, que no se atreven a emprender la negociación que preconizan por miedo a las consecuencias de la vociferación de los extremistas. Un escenario diabólico.»

El secuestro de la voluntad (El País, 15 de diciembre de 2018)