«El independentismo ha trazado un arco inédito en arquitectura, compuesto de estructuras disjuntas que por momentos parecen la misma cosa. El arco independentista no se soporta a sí mismo, y mucho menos está en condiciones de sostener la construcción de una república propia. Lo más desconcertante de su dibujo es que no se sabe con exactitud dónde comienza y en qué acaba. Desde un punto de vista temporal, se trataría de algo que se inició hace seis años con Convergència huyendo de sí misma, que en algún momento pudo encontrar a ERC esperándola en el limbo eterno, y que acabó descolgándose hacia la CUP, hasta dar lugar a esa marea necesitada de hazañas que sugieren las vigilias de los CDR y otros.»
Un arco en el aire (La Vanguardia, 11 de diciembre de 2018)