«Son demasiados los que están instalados en su trinchera. Siempre dispuestos al ataque, siempre con sus consignas, tan cambiantes, tan coreadas al unísono, tan insultantes para el adversario. Incluso, tan insultantes para la inteligencia. Nunca ni un paso atrás. Se vive bien en el sectarismo. Todo es fácil: los míos son los buenos, los únicos buenos.»
Tomar partido (El Periódico, 6 de diciembre de 2018)