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«Un fraude fiscal durante 34 años es difícil de asumir. Un país que acepta pasivamente que su mayor representante ha cometido fraude fiscal durante tanto tiempo, sin que modifique para nada las pautas de ese movimiento, me parece gravísimo. Porque supone que es indiferente. Pero no hay que olvidar a Artur Mas, con la sentencia del caso del Palau de la Música, que constata de forma explícita que su partido se benefició de más de seis millones de euros, con comisiones ilegales. Al independentismo le incomoda que su máximo dirigente simbólico, en el caso de Pujol, sea un delincuente, como él mismo ha reconocido. Pero no ha variado sus planes.»

Entrevista a Carlos Jiménez Villarejo (Crónica Global,. 30 de diciembre de 2018)