«Las comunidades autónomas, y sobre todo aquellas que vienen reclamando hace tiempo un autogobierno de mayor calidad, no deben ser vistas como entes subalternos y bajo sospecha. Las autonomías son Estado y la confianza en ellas debe ser absoluta. De igual forma, debe exigirse a las instituciones autonómicas comportamientos leales con el resto del sistema. Y lealtad no significa renuncia, ni muchos menos. Pero sí jugar con la misma baraja que los demás, dejando de lado faroles que nada aportan, pero subiendo la apuesta, impulsando un cambio a mejor de nuestro sistema territorial.»
La reforma constitucional y las autonomías (El País, 6 de diciembre de 2018)