Durante los últimos cinco años los políticos de uno y otro bando se han lanzando a una guerra institucional sin cuartel que no buscaba la solución del consenso, sino la derrota del oponente, en una dinámica cada vez más insostenible. No hay victoria posible. El hecho que sigamos aquí, cinco años después, es señal que aquí no puede haber vencedores y vencidos; no sin precipitar un desastre. Sólo hay una salida viable: una solución negociada que no gustará a nadie, pero que será mil veces mejor que la catástrofe que algunos parecen desear.
El conflcto real en Cataluña, Politikon, 26 de marzo de 2018