El independentismo sigue actuando como si la mitad de la ciudadanía catalana no independentista fuera el enemigo a batir o, en su defecto, a ignorar. Continúa planteando las cosas como si Cataluña constituyera una unidad de destino en lo universal, enfrentada a otra unidad simétrica, que sería España. En estos días se han alzado algunas voces desde las filas del independentismo reclamando una legislatura larga. No sé hasta qué punto son las mismas voces que durante estos últimos años repetían con insistencia el eslogan de signo contrario «tenim pressa». El independentismo asume la estrategia del ‘marianismo’. El Confidencial (20/01/2018).