Puigdemont no piensa en el conjunto de los catalanes y no piensa ni siquiera en la idea histórica de Cataluña, en su prestigio, su prosperidad, su futuro, sino que dedica todo su discurso de fin de año a defender sus pretensiones más partidistas y sectarias
Puigdemont no es el presidente de los catalanes (El Periódico, 2 de enero de 2018)