El palacio emocional del procés se desmorona, pero sus protagonistas se resisten a abandonar sus estancias, pese al aire viciado de los ambientes decadentes… Todo ha salido mal. Catalunya ha puesto en juego su autogobierno y ha perdido poder económico y social. La mitad de los catalanes se han sentido forasteros del procés. La solución no puede ser expulsar ahora a la otra mitad
La marea, por Emma Riverola (El Periódico, 19/12/2017)