Fue un historiador de su propio presente y fue capaz de verlo en amplia perspectiva. Un periodista riguroso pero, sobre todo, un gran amigo y una persona honesta. Federalistes d’Esquerres no habría sido posible sin él o al menos no habría sido lo mismo
Hoy hemos despedido a Carles Pastor, uno de los fundadores de Federalistes d’Esquerres, un periodista riguroso y profesional que sirvió de maestro a varias generaciones pero que era, sobre todo, un gran amigo y una persona honesta.
Carles Pastor empezó los estudios de periodismo en la Escuela Oficial de Barcelona en el año 1969, el mismo año en el que empezó a estudiar Historia en la Universidad de Barcelona. Fue en los dos casos un alumno serio y brillante. También crítico con alguno de los profesores y el sistema de estudio. En aquellos años convulsos en los que la dictadura se resistía a darse por vencida, colaboró no poco a combatirla. En la facultad de Filosofía y Letras (donde se cursaba entonces la especialidad de Historia) formó parte del movimiento unitario llamado “Comités de Curso” que promovía la democratización de la vida universitaria. Apenas terminar las dos carreras empezó a trabajar en la sección de política de Mundo Diario, de donde pasó a El Periódico cuando se fundó esta nueva publicación. En él se jubilaría al llegar a la edad reglamentaria tras una estancia en El País. Nunca, sin embargo, dejó de escribir de política, actividad que él veía no como un patio de gallinero sino como la organización de la convivencia. Como informador riguroso que fue, quizás tuvo rivales, pero no enemigos.
Hay algunos historiadores que desdeñan el periodismo por su falta de rigor. Carles Pastor, con su actividad a lo largo de los años, muestra lo infundado de ese desdén. Cuando se quiera escribir la historia de los últimos 40 años, sus crónicas serán una fuente excelente. Inevitable. Porque Carlos fue un historiador de su propio presente y fue capaz de verlo en amplia perspectiva, sin dejar nunca de lado la actividad de ciudadano que le impelía a mejorar la sociedad en la que le tocó vivir.
En 2012 formó parte del pequeño grupo que impulsó el manifiesto ‘Llamamiento a la Cataluña federalista y de izquierdas’ que dio origen en 2013 a Federalistes d’Esquerres. Desde el primer día, se puso al frente de un pequeño grupo de periodistas a los que organizó por turnos para poder sacar adelante la comunicación de una asociación que casi no contaba con medios materiales pero sí con un grupo de profesionales dispuesto a dedicarle cada noche algo de su tiempo. Cuando se presentó el manifiesto fundacional, en octubre de 2012, decidió que era suficientemente importante para no enviarlo por correo electrónico y asumió el trabajo de entregarlo personalmente, impreso, en cada una de las redacciones.
Carlos era mucho más que un gran periodista: era un excelente compañero, una persona generosa que hasta el último momento luchó por valores escasos en estos tiempos como la convivencia y el entendimiento. Creía firmemente en una Cataluña diversa, integradora y tolerante. Este proyecto no habría sido posible sin él o al menos no habría sido lo mismo.
Esperamos que la tierra te sea leve, compañero. ¡Volveremos a vernos!