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Está claro que en España hace falta reconstruir un margen de compromiso, que Rajoy (si sobrevive) debe abandonar su prepotencia y Puigdemont su arrogancia destructiva, y que es fundamental entablar un diálogo. Con el tiempo, sería posible imaginar una vía constructiva hacia una España federal. En la soberanía europea, y no en más banderas nacionales, reside el futuro esperanzador de todos los europeos de buena voluntad. “El daño a Cataluña” (El País, 3 de octubre de 2017)

Traducción desde el NYT: Damage to Catalonia