Con su secreta espantada y su comparecencia teatral en Bruselas, Carles Puigdemont y parte del Govern han protagonizado uno de los episodios más esperpénticos de la historia catalana. Ni los votantes independentistas, ni el resto de los catalanes ni la dignidad institucional de la Generalitat se merecen este paripé. «Seguir engañando, ahora a Europa» (El Periodico, 31 de octubre de 2017)