El director del Foro de la Economía del Agua hizo hincapié en la tertulia federalista del mes de octubre en la necesidad de gestionar federal y globalmente un recurso al que no podemos poner fronteras
(por Beatriz Silva) El agua es un buen ejemplo de la necesidad de organizarnos federalmente: no podemos poner fronteras a los recursos hídricos y nuestra supervivencia depende de que seamos capaces de coordinarnos globalmente para gestionar y utilizar este recurso que es cada vez más escaso y que debemos compartir. Esta fue una de las principales ideas sobre las que giró la tertulia federalista con Gonzalo Delacámara, director académico del Foro de la Economía del Agua y asesor de la Comisión Europea en Política de Agua, celebrada el pasado 19 de octubre en librería Alibri bajo el título “El federalismo y la gobernanza del agua”.
El papel del agua en el desarrollo económico y social, como factor de salud pública pero también de seguridad alimentaria y energética, cohesión territorial y mitigación de la pobreza fueron otras de las cuestiones que abordó Delacámara.
“Uno de los mejores ejemplos de lo que hablamos es el Danubio, un río que atraviesa 19 países de la Unión Europea y que sólo podría gestionarse federalmente”, señaló Gonzalo Delacámara que ahondó también en cómo las cuestiones identitarias afectan a la gestión de recursos hídricos. “El problema de esto es que el reconocimiento del acceso al agua es de los ciudadanos, no de los pueblos. ¿Cómo podemos reclamar soberanía política en estas cuestiones si ya no existe soberanía económica? Hace tiempo hemos perdido la soberanía en casi todo: por ejemplo, no podemos revertir el cambio climático. O trabajamos juntos en esto o estamos perdidos”, señaló.
Gonzalo Delacámara recordó que en España los ríos se han gestionado desde hace cien años federalmente: “Se asumió que debíamos compartirlos y funciona. Es una señal de que el federalismo es indispensable a muchos niveles”, destacó al mismo tiempo que recordó datos relevantes: en el mundo hay 663 millones de personas sin acceso mejorado a agua, 2.400 millones de personas que no tienen retrete, 1.800 millones de personas que beben agua contaminada por materia fecal. Y una cifra sorprendente: en el mundo hay más teléfonos móviles que retretes.
En este sentido recordó que España es un país privilegiado en este sentido ya que toda su población tiene acceso a agua potable y a sistema sanitario, una cuestión que sigue siendo un problema urgente en el Tercer Mundo donde grandes masas de población sufren graves problemas de salud y supervivencia por no tener acceso a algo que debería ser un derecho básico de todos los seres humanos.