«Democracia, federalismo y regeneración democrática». Este fue el lema bajo el que se celebró, el martes 19 de septiembre, un nuevo acto del ciclo «Federalismo en los barrios». En este caso, la iniciativa de ‘Federalistes d’Esquerres’ llegó al distrito de Ciutat Vella, en el centro cívico Drassanes, en el Raval.
El encuentro, moderado por Patricia García, contó con la participación de la politóloga Raquel López, el periodista Siscu Baiges y el ex-Fiscal General Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo; todos ellos miembros de ‘Federalistes d’Esquerres’.
Raquel López hizo un llamamiento a dotar de un carácter más «emocional» la propuesta federalista. La politóloga, nacida en el barrio de Llefià, en Badalona, afirmó que se emociona cuando defiende el federalismo, una forma de concebir la convivencia y la acción política que, a su entender, está en la base de la gran mejora a todos los niveles que vivieron las barriadas y las poblaciones sencillas y trabajadoras después de la llegada de la democracia. «El federalismo no está exento de emociones y heroicidad y sin el esfuerzo de entenderse y compartir la lucha fraternal a largo plazo no habría equipamientos como los que ahora tenemos en nuestros barrios», dijo.
El periodista Siscu Baiges coincidió con aquellos que reclaman una actualización del pacto constitucional alcanzado en 1978 y que permitió el paso ‘reformista’ de la dictadura a la democracia pero reclamó, también, que se supere de una vez por todas el ‘régimen del 80’ que instalaron Jordi Pujol y sus sucesivos gobiernos, que ampararon la corrupción, el nepotismo y el clientelismo, que aún hoy exhibe el gobierno de la Generalitat. «Los gobiernos de Pujol eliminaron los contrapesos necesarios en una sociedad democrática. Los viejos vicios continúan. El gobierno compra voluntades a golpe de talonario y promueve unos medios de comunicación públicos a su servicio absoluto», afirmó. Acabó diciendo que «La democracia de verdad no nos la traerá la independencia. Si queremos una democracia de verdad tenemos mucho trabajo por hacer y muchas prácticas autoritarias, antidemocráticas e injustas que deshacer».
A su vez, Carlos Jiménez Villarejo comenzó su intervención recordando la expresión de Antonio Machado «Nadie es más que nadie» y calificó de ‘desfachatez’ que se compare el proceso independentista con la lucha contra el franquismo. Hizo un amplio y detallado repaso de la llamada ‘Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República’ aprobada por la vía de urgencia para evitar la participación de los grupos de la oposición, y se sorprendió tanto de sus defectos de calidad jurídica como de algunos elementos dictatoriales incluidos en su redactado. «No puede ser que se instale el discurso del odio contra aquellos que no somos independentistas», se lamentó y se preguntó si no se ha llegado a la situación actual para encubrir los problemas judiciales de la familia Pujol y la actual PDeCAT (antes Convergencia Democrática). «Con un proceso de acercamiento y diálogo podríamos conseguir un estado federal modélico», concluyó.
Después de las tres intervenciones de los ponentes se abrió un turno de preguntas y aportaciones que fue muy ameno y que hizo que el acto se alargara más allá de las dos horas que habían previsto inicialmente sus organizadores.