La mayoría de votantes pro-Brexit siguen sin saber el coste que implicará el Brexit e ignoran que la caída de los salarios reales es resultado directo de la depreciación ocurrida tras el Brexit, como lo es el hecho que la economía apenas creció en la primera mitad de este año. Muchas personas que votaron a favor de abandonar la UE, no se dan cuenta de que los estudios en que se basa la posición del gobierno son en gran parte fantasía y de que la UE está en posición de poder dictar las condiciones de salida del Reino Unido de la UE
(Traducción de Aida López) La semana pasada detallé cómo la campaña en defensa del Brexit durante el referéndum británico se había basado en mentiras . No me refería a las exageraciones ocasionales de la campaña a favor de la permanencia en la Unión Europea, sino a la campaña pro-Brexit, que afirmaba cosas que eran lo contrario de la verdad. Por ejemplo, que habría más dinero para la Seguridad Social, cuando de hecho habrá menos. Esa mentira en particular probablemente convenció a los indecisos, según el hombre que organizó la campaña pro-Brexit.
Gente del partido laborista me asegura que la opinión pública sobre el Brexit cambiará una vez que estas mentiras se hagan evidentes, y que en ese momento el Partido Laborista podrá abrazar sin riesgos la causa de la permanencia en la UE. Lo que se está pasando por alto es que la manipulación de la información que caracterizó la campaña Brexit continúa. La prensa amarilla conservadora continúa distorsionando la verdad, y The Telegraph actúa de una manera muy similar. El gobierno británico parece estar más interesado en decir cosas para complacer a su público británico que en negociar con la UE, y sus estudios sobre el impacto de Brexit siguen siendo secretos.
Mientras tanto, la oposición, que no da pistas sobre el coste que implicará el Brexit, ya sea por convicción propia o por albergar sentimientos encontrados, es sólo un poco menos pro-Brexit que el gobierno. Los medios de comunicación, y en particular la BBC, parecen poco hábiles en cuestionar la fachada que han erigido tanto los principales partidos como los think tanks que los apoyan. Nunca he oído que se haya reprendido a un político por decir que debemos mantener el acceso al mercado único: ¡todos los países tienen acceso a ese mercado! Este último es el tipo de periodismo que debería hacerse. El poder de los tabloides o prensa amarilla de signo conservador está intimidando a los diputados.
Hace algún tiempo calculé una estimación cauta del costo de la austeridad -la austeridad provocada por la crisis económica-, y era de 4.000 libras (4322 euros) por hogar. Irónicamente, se basó en estimaciones de la OBR (Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica) que los principales medios de comunicación ignoraron en gran medida, de la misma manera que ignoran las estimaciones de la OBR para el coste del Brexit a corto plazo. Pero mi estimación del coste de la “austeridad” fue un coste total, que abarca todos los años de austeridad. La estimación del Ministerio de Hacienda británico, en cambio, es un coste anual. Por lo tanto, existe una gran probabilidad de que el Brexit sea mucho peor que la austeridad en términos de recursos perdidos y, a diferencia de la austeridad, no hay manera de evitar este coste una vez que estemos fuera del Mercado Único.
Los miembros del Partido Laborista deberían ser más duchos en detectar que los medios de comunicación pueden presentar una realidad sesgada, que será aceptada por muchos votantes no pertenecientes a partidos políticos, hasta que vean por sí mismos otros puntos de vista durante las campañas de elecciones generales. El problema que conlleva la actitud de «esperar y ver» que algunos adoptan hacia el tema Brexit es que el principal coste económico del Brexit no se hará evidente hasta años después de que realmente dejemos el Mercado Único. Pocos se dan cuenta de que el estudio original del Ministerio de Hacienda, con la estimación clave de un costo promedio anual de 4.642 euros por hogar (6.2% del PIB) no eran datos maquillados por la campaña pro-UE para mostrar que todo sería de color de rosa si permanecemos en la UE, sino un estudio de lo más serio, que los economistas de la London School of Economics calificaron de » demasiado cauteloso». En lugar de dar difusión a este estudio, la BBC difunde barbaridades del tipo de siguiente artículo: “Una salida abrupta de la UE supone un aumento de 135 miles de millones de euros anuales para la economía británica”
Cuando hablo con votantes pro-Brexit, se limitan a decir que la «catástrofe» económica predicha por la campaña anti-Brexit no se ha producido, u otros argumentos sin fundamento esgrimidos por los partidarios del Brexit, tales como que, de todas maneras, el tipo de cambio estaba sobrevalorado. Estas personas a menudo ignoran que la caída de los salarios reales es el resultado directo de la depreciación ocurrida tras el Brexit, y que, como resultado de ello, la economía apenas creció en la primera mitad de este año. Ellos, y muchas personas que votaron a favor de abandonar la UE, no se dan cuenta de que los estudios en que se basa la posición del gobierno son en gran parte fantasía y de que la UE está en posición de poder dictar las condiciones de salida del Reino Unido de la UE. Que los votantes pro-Brexit piensen así no se puede justificar acusándolos de ser de mente cerrada. Sencillamente, obtienen su información de fuentes que se alinean con las fantasías del gobierno sobre el tema Brexit, a menos que tengan la suerte de leer el Financial Times. Así pues, no es de extrañar que no haya habido ningún cambio sustancial en la opinión pública desde el referéndum.
A los afiliados y diputados del Partido Laborista se lo expondría de la siguiente manera. Imagínense ganar las próximas elecciones pero tener que aceptar continuar con la “austeridad”. Ganar una elección después de salir del Mercado Único probablemente será mucho peor y, por supuesto, los medios de comunicación y los votantes no culparán de todo al Brexit, sino a la política “de extrema izquierda” del Partido Laborista. Ganar una elección después del Brexit es un cáliz envenenado.
«Brexit remains an exercise in deception» Blog Mainly Macro, 21 de agosto de 2017
Texto traducido y adaptado por Aida López
Simon Wren-Lewis. Recibió el Premio SPERI de Economía Política en 2016, premio otorgado por la Universidad de Sheffield. Profesor de Política Económica en la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Oxford y miembro investigador del Merton College.