No votaré en el ejercicio de mi libertad personal. No votaré ante el Estado segregado que se plantea. No votaré ante el dualismo que se perpetra. No votaré instado por una parte del Estado que genera otro Estado. No votaré en la consulta de quien desobedece para que le obedezcamos, ni en la de quien nos libra de una élite para entregarnos a otra. No votaré porque se cesa al discordante, se abruma al diletante y se excomulga al discrepante. No votaré porque no quiero que me salven ni creyentes ni entusiastas, ni vehementes ni cabecillas, ni emancipadores ni filántropos. «No votaré» (El Periodico, 8 de julio de 2017)