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Se puede discutir sobre el viaje que algunos políticos independentistas han emprendido, subiéndose a un tren con una única dirección, sin posibilidad de cambios de trayecto ni de horarios. También se puede elucubrar sobre el papel de cada uno, si son maquinistas, revisores o pasajeros. Incluso de sus intenciones. ¿Un anhelo? ¿Un compromiso? ¿Una huida? Pero lo que no debería haber sucedido nunca es que un andén llamado Justicia sustituyera al de la Política. «Estación del fracaso» (El Periodico, 31 de julio de 2017)