El relato del proceso soberanista reinventa la historia de Cataluña e imagina la independencia como el nacimiento de una nueva nación sin pecado original. Los dirigentes del proceso insisten en que Cataluña hará un proceso impecablemente democrático al que solo se le exigirá en algún momento unas microrrupturas para poder alumbrar una nueva legalidad constitucional y constituyente. Esta hipótesis requiere, al igual que el dogma de la concepción inmaculada de María, de algo parecido a un milagro para llegar a ser realidad y de mucha fe para creerla. «El dogma de la inmaculada concepción catalana» (El País, 15 de marzo de 2017)
Fragmento de ‘Lecciones españolas. Siete enseñanzas políticas de la secesión catalana y la crisis de la España constitucional’. ED Libros.