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(Por Beatriz Silva) La disyuntiva de la economía catalana se encuentra entre asumir una perspectiva neo-liberal, en la que Cataluña compita con otras naciones en un mundo cada vez más desregulado, o integrarse en estructuras supranacionales capaces de gestionar los grandes problemas que no conocen fronteras como la desigualdad, el cambio climático o las migraciones.

Esta fue una de las cuestiones principales que centró el acto ‘Presente y futuro de la economía catalana. Una perspectiva federal’ que tuvo como ponente al profesor de Economía Aplicada de la UAB y vicepresidente de Federalistes d’Esquerres, Francesc Trillas, y que se celebró el pasado martes 21 en Sant Sadurní d’Anoia.

Ante unos treinta asistentes, entre los que se encontraba el también economista Joan Trullén, que intervino en el diálogo posterior, Francesc Trillas constató que Cataluña es “una economía abierta, integrada en España y Europa, que ha resistido bien la crisis gracias a su base industrial exportadora. El potencial de la economía catalana tiene su punto más fuerte en la ciudad de Barcelona y su capacidad para integrarse en una megaregión europea. Sin embargo, Cataluña comparte también problemas con otras economías desarrolladas: crisis inmobiliaria, endeudamiento, paro, corrupción, aumento de las desigualdades y transformaciones profundas del mercado laboral”.

¿Cuáles son las ofertas para Cataluña que se encuentran sobre la mesa? Según Trillas, las respuestas son tres formas diferentes de resolver el trilema de Rodrik que obliga a escoger entre dos alternativas a las tres que se plantean: globalización, estado nación y política democrática.

La primera opción, que combina estado-nación y democracia, consistiría en que Cataluña renunciara a la globalización ya sea convirtiéndose en un estado nación que mantiene su soberanía en un mundo donde se frena la globalización o bien la opción radical que plantea la CUP: salir de España, de la Unión Europea y del comercio internacional.

“La segunda opción es la combinación de estado nación y globalización y que es la que proponen algunos de los economistas del Grupo Wilson que defienden la independencia de Cataluña. Plantean, desde una perspectiva liberal, que las naciones pequeñas compitan en un mundo globalizado por atraer factores de producción presionando los impuestos y las regulaciones a la baja. Es una visión que comparte con Donald Trump la noción de la economía mundial como un juego de suma cero. Y no es muy distinta de a que defiende Oriol Junqueras cuando habla de un mundo mejor para los nuestros”, señaló Francesc Trillas.

La tercera opción sería la que combina globalización y política democrática y que no es compatible con la supervivencia de los estados nación. “La globalización para que sea compatible con el crecimiento inclusivo sostenible debe renunciar a buena parte de la soberanía del estado nación y cederla a niveles democráticos superiores. Es la única forma de conseguir avances en los grandes problemas globales como las migraciones y los refugiados, el cambio climático, los paraísos fiscales o la concentración creciente de la riqueza a nivel mundial”, constató Trillas.

En Europa, explicó Trillas, esto se traduce en una Europa federal y en un marco institucional flexible que permita aplicar políticas de pre-distribución y re-distribución. Traducido a Cataluña, esta opción, la federal, se traduce en impulsar el crecimiento de su megaregión y su conexión con la economía española, europea y global. “Si queremos profundizar en estrategias de crecimiento inclusivo y sostenible necesitamos un mundo más federal”, concluyó.

Power Point de la presentación:

Present i futur de l’economia a Catalunya