El presidente de Federalistes d’Esquerres aboga por cambiar la arquitectura territorial del estado en una conferencia organizada por la plataforma «La Universidad Opina»
(por Peru Erroteta) Sala llena en el Aula Oberta de La Bordeta, el pasado 23 de enero, para escuchar al decano de Ciencias Políticas de la UAB y presidente de Federalistes d’Esquerres Joan Botella. Un espacio que engarza con la tradición asociativa de Sants, “en sus orígenes un municipio independiente, de carácter industrial y, en consecuencia, cuna del mutualismo, el anarquismo, el socialismo y otras corrientes de una izquierda, todavía incipiente, que ya se reclamaba federalista”, recordó Botella.
Botella centró parte de su intervención en explicar el gran sentimiento popular que despertó el proyecto federalista en la I República y como acabó cediendo ante la presión de las derechas y los grupos de interés, con el argumento de que el proyecto federal era la puerta de entrada del separatismo. «La II República inició un movimiento de descentralización, que se materializó en los Estatutos de Autonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, que no pudo desarrollarse como consecuencia del levantamiento franquista», señaló.
Reconocimiento recíproco de realidades diferentes y colaboración son algunas de la cuestiones que resaltó Joan Botella del proyecto federalista, “que no es una medida tecnocrática, sino un proceso ético en profundidad”. En consecuencia, agregó, el federalismo no es una fórmula para copiar. “Todos los federalismos son diferentes”, afirmó.
A su juicio, hoy más que nunca los problemas no conocen fronteras. Citó entre ellos los derivados de las cuestiones medioambientales, los movimientos financieros y las migraciones. “Cuestiones críticas que no se solucionan erigiendo barreras sino, por el contrario, abriendo espacios de cooperación”. “El proteccionismo es un síntoma de guerras comerciales intercapitalistas, que históricamente han desembocado en guerras a secas”, dijo Botella.
Joan Botella criticó la Constitución de 1978 en lo que dice relación a la cuestión de territorial constando que «lo que pudo ser un paso hacia el federalismo ha quedado anegado”. Es por eso que, a su juicio, resulta imprescindible acometer un cambio en la arquitectura territorial del Estado y hacerlo desde un planteamiento federalista. Cosa que cuenta con el apoyo mayoritario de las fuerzas políticas. “Sin embargo -se lamentó Botella- falta valentía.
Refiriéndose al Estatuto de Cataluña de 2006, recordó Joan Botella que fue votado por 120 de los 135 parlamentarios que entonces conformaban el Parlamento de Cataluña. En consecuencia, se pronunció a favor de recuperar esa norma en su integridad (que fue refrendada en referéndum por la mayoría de los catalanes) acometer los cambios necesarios en los cuerpos centrales del Estado para evitar la duplicidad de poderes, añadir a la Constitución una disposición adicional (como la que figura en referencia a los territorios forales) reconociendo la soberanía de Cataluña y habilitar un nuevo sistema de financiación. Para lo cual resulta necesario, según Botella, que se cumplan las tres “erres”: reconocimiento, respeto mutuo y buen rollo (voluntad política).