Convergència tratará esta primavera de perder parte de su vieja piel. Sin embargo, la metamorfosis para llegar a multicolor mariposa no es fácil. Es difícil cambiar de piel en cuestión de meses para un partido que hizo estandarte durante décadas del liderazgo caudillista. Jordi Pujol ungió a Artur Mas como su sucesor y éste, a su vez, obligado por la CUP, decidió que Carles Puigdemont fuera su relevo. Necesidades del guión o no, lo cierto es que Convergència y el Partido Popular comparten ex aequo el cuadro de honor del dedazo para decidir sus liderazgos. «El PDECat y los trabajos de Hércules» (El País, 14 de enero de 2017)